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Los procesos de viaje e inmigración de EE. UU. ahora incluyen la Tarjeta Dorada Trump para solicitantes adinerados.

Sábado, Mayo 10, 2025

Estados Unidos, Tarjeta Dorada de Trump,

El sistema de viajes e inmigración de Estados Unidos ha introducido discretamente una nueva y controvertida opción conocida como la Tarjeta Dorada Trump, una visa dorada de alto valor diseñada para personas adineradas que buscan una vía para obtener la ciudadanía estadounidense. Sin ningún anuncio formal de la Casa Blanca ni legislación del Congreso, han comenzado a aparecer referencias a la Tarjeta Dorada Trump en los formularios oficiales de aduanas y solicitud de visa, incluido el programa Global Entry. Con un precio de cinco millones de dólares, la tarjeta promete a los solicitantes adinerados la residencia acelerada y la eventual ciudadanía a cambio de pagos directos al gobierno estadounidense. Esta discreta implementación señala un cambio importante en la política migratoria, permitiendo de hecho que los viajeros de élite compren su entrada al país, a la vez que plantea interrogantes sobre la transparencia, la supervisión legal y la mercantilización de la ciudadanía estadounidense.

La Tarjeta Dorada de Trump se convierte en una controvertida puerta de entrada a la ciudadanía estadounidense en medio de una implementación no oficial

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Una nueva y muy polémica iniciativa migratoria, conocida como la Tarjeta Dorada Trump, conocida popularmente como la visa dorada, ha comenzado a aparecer en los procesos de inmigración estadounidenses. Aunque aún no ha sido anunciada oficialmente por la Casa Blanca ni incorporada a la legislación, este programa se está integrando discretamente en los formularios de solicitud de visa y los procedimientos aduaneros, lo que sugiere una vía indirecta hacia la ciudadanía estadounidense para las personas más ricas del mundo.

Lanzamiento no oficial de la tarjeta Visa Trump Gold

Los visitantes extranjeros y residentes permanentes en Estados Unidos se han encontrado recientemente con una nueva consulta en los trámites de inmigración: "¿Ha solicitado una visa Trump Card?". Esta pregunta sin precedentes surge a pesar de la ausencia de una declaración formal o legislación por parte de la actual administración. La repentina inclusión de la Trump Gold Card en los formularios oficiales de inmigración, como los del programa Global Entry, sugiere que la iniciativa está cobrando impulso entre bastidores.

El programa Global Entry, que agiliza los trámites aeroportuarios para viajeros elegibles, ahora incluye la Visa Trump Card como opción para titulares de pasaportes extranjeros. Esta novedad ha generado dudas entre muchos observadores sobre la legitimidad, el alcance y la legalidad de la implementación anticipada de la visa.

La visión de Trump busca monetizar la ciudadanía estadounidense

El expresidente Donald Trump planteó por primera vez la idea de un programa de visas premium en febrero. Según su propuesta, las personas con un alto patrimonio neto podrían obtener la residencia —y eventualmente la ciudadanía— en Estados Unidos pagando cinco millones de dólares directamente al gobierno estadounidense. Este enfoque, presentado como una visa dorada de alto riesgo, está diseñado para atraer capital y, al mismo tiempo, ofrecer el atractivo de la ciudadanía estadounidense a las élites globales.

La ambición de Trump va más allá de la simple facilitación de visas. Concibe la Tarjeta Dorada Trump como un potencial gigante económico capaz de abordar el asombroso déficit de treinta y cinco billones de dólares del país. Con la venta de un millón de estas visas premium, el programa podría generar hipotéticamente cinco billones de dólares en ingresos federales. Una expansión diez veces mayor podría generar la colosal cifra de cincuenta billones de dólares, una cifra que supera la deuda nacional actual.

Según se informa, las ventas han comenzado

Aunque no existe un marco legislativo ni una política confirmada en torno a la Tarjeta Dorada Trump, figuras prominentes cercanas a Trump han afirmado que la iniciativa ya está activa. En un podcast de marzo, Howard Lutnick, exsecretario de Comercio de Trump, declaró que ya se habían vendido 1,000 Tarjetas Doradas. El propio Trump supuestamente predijo la posibilidad de vender un millón de tarjetas en todo el mundo, lo que allanó el camino para una inyección masiva de riqueza extranjera al sistema estadounidense.

A pesar de estas afirmaciones, no hay transparencia oficial sobre el destino de los fondos ni cómo se estructuran las ventas, lo que plantea serias dudas sobre la supervisión y la legalidad.

Infraestructura tecnológica y coordinación federal

Para consolidar aún más su discreto lanzamiento, el gobierno estadounidense ha visto la colaboración entre múltiples agencias federales. Según informes, equipos vinculados al magnate tecnológico Elon Musk están trabajando con funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), el Departamento de Seguridad Nacional, el Departamento de Estado y el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) para crear una plataforma dedicada a la Tarjeta Dorada Trump. El objetivo es agilizar el proceso de solicitud a través de un portal digital centralizado.

Esta infraestructura digital está siendo supervisada por una iniciativa federal conocida como DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental), establecida por Trump para modernizar el software y las operaciones gubernamentales. Los registros públicos de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) muestran que DOGE registró el dominio trumpcard.gov en marzo, lo que indica una iniciativa coordinada para implementar este sistema de visas en línea.

Ambigüedad jurídica y política

A pesar de estos rápidos avances, persiste una flagrante ausencia de respaldo legislativo. No se ha presentado ningún proyecto de ley en el Congreso para establecer formalmente la Tarjeta Dorada Trump ni para legalizar su función en el sistema de inmigración estadounidense. Expertos en inmigración y legisladores han expresado su preocupación por un programa que parece operar al margen de los controles y contrapesos habituales del gobierno estadounidense.

Esta ambigüedad ha desencadenado especulaciones de que la Tarjeta Dorada de Trump podría convertirse en un punto de conflicto político en las próximas elecciones, especialmente si los críticos la presentan como un esquema de “ciudadanía en venta” que favorece a los ultra ricos mientras pasa por alto los rigurosos estándares que deben cumplir los inmigrantes regulares.

Implicaciones para la política de inmigración de Estados Unidos

La aparición de la Tarjeta Dorada Trump ha introducido un elemento novedoso y polarizador en el debate sobre la inmigración en Estados Unidos. Por un lado, sus defensores argumentan que el programa podría inyectar enormes recursos financieros a la economía estadounidense, ofreciendo una solución creativa a los problemas de la deuda nacional. Por otro lado, sus detractores advierten que socava los principios de igualdad de oportunidades y acceso justo que sustentan el sistema de inmigración estadounidense.

Dado que los requisitos de elegibilidad, los beneficios y las repercusiones a largo plazo aún se mantienen en secreto, la Tarjeta Dorada Trump sigue siendo un tema turbio y controvertido. Hasta el momento, no existen directrices oficiales sobre quiénes califican, qué obligaciones pueden tener los titulares de la tarjeta ni cómo se alinea el proceso con la ley de inmigración vigente.

El futuro de la Tarjeta Dorada de Trump

Si la Tarjeta Dorada de Trump continúa evolucionando sin la aprobación del Congreso ni el escrutinio público, podría indicar un cambio hacia un acceso migratorio privatizado, impulsado por la riqueza. Las implicaciones para la movilidad global, la ciudadanía estadounidense y la gobernanza constitucional son profundas.

La Tarjeta Dorada Trump ha aparecido discretamente en los formularios de viaje e inmigración de Estados Unidos, ofreciendo a los solicitantes adinerados una vía rápida para obtener la residencia y, eventualmente, la ciudadanía a cambio de un pago de cinco millones de dólares. Aunque no se anunció oficialmente, su inclusión indica un programa de visas doradas clandestino dirigido a extranjeros adinerados.

Hasta que la Casa Blanca o el Congreso ofrezcan una claridad formal, la Tarjeta Dorada de Trump sigue siendo un desarrollo misterioso y provocador, que mezcla política, riqueza e inmigración en un tema potente y potencialmente divisivo para Estados Unidos y la comunidad internacional.

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